jueves, 11 de junio de 2009

Record de Apnea Estática

STEPHÁNE MIFSUD




POR: Edwin Corona y Cepeda.
Instructor Internacional de Buceo
Clave: CMAS M3 – MEX – 001



En una hazaña poco común dentro del mundo de los deportes subacuáticos, el buzo apneísta de 37 años de edad, originario de Bouches- du- Rhöne, Francia, Stéphane Mifsud, buscará romper el record de la especialidad clasificada como “apnea estática” en el fondo de una piscina de la región francesa.


Para ello ha solicitado la comparecencia, no solo de los directivos de la Federatión Francaise des Sports Sous Marines (FFSSM) y de las autoridades deportivas del galo país, sino la certificación de la Confederación Mundial de las Actividades Subacuática (CMAS), ya que su pretensión es la de romper el record mundial, actualmente en poder de Tom Sietas, quien registró en Alemania un tiempo de permanencia en estática bajo el agua de 10 minutos con 12 segundos.


No hace más de 30 años, cuando el médico catalán Juan José Sala Matas, especialista en medicina submarina, presentó en el curso del II Congreso Mundial de las Actividades Subacuaticas en Barcelona el caso de un pescador español, que permanecía en estático hasta por 4 minutos bajo el agua, fue que a partir de esta presentación se dio como máximo el plazo de 4 minutos con 10 segundos a lo que se denominó como muerte cerebral, a causa de la falta de irrigación sanguínea en este espacio.


En el Congreso efectuado en Londres en 1973, se llevó a cabo la prohibición de los eventos de apnea a través de un escandaloso bochinche armado por los representantes norteamericanos, básicamente por la Nacional Association of Underwaters Instructors (NAUI) de las competencias de nado en apnea, apnea horizontal y apnea estática, impidiendo su certificación por parte de la CMAS y tratando de evitar a toda costa este tipo de justas, que son de índole individual y significan una avance dentro de la ciencia, ante la eventual posibilidad, - enunciada por varios científicos- del retorno del ser humano a los fondos marinos, en donde el buzo francés Jacques Mayol, emulando a Galileo Galilei, pronunció: “ y quien me lo va a impedir”. Un par de semanas después, en la Isla del Elba, imponía el record mundial de – 100 metros con una sola respirada. Tras este hecho, un año después, la CMAS homologó, nuevamente, a este tipo de competencias.


La competencia establecida entre Sietas y Mifsud, me recuerda la legendaria justa entablada entre el francés Jacques Mayol y el italiano Enzo Mallorca, misma que sirvió como tema central de la película “Azul Profundo” con las escenas submarinas de Christian Petrone bajo la dirección de Luc Besson, cuyo argumento se basa en el hecho real de la competencia entre ambos por llegar a la cota de -100 metros en una sola apnea. Esta marca duró en poder de Mayol por cerca de 20 años, hasta que el apneísta cubano José “Pipín” Ferreras estableció la marca de – 130 metros, misma que nuevamente, ha sido rebasada.


En entrevista concedida a Benoit Vitkine, reportero de Le Monde, el buzo francés menciona que (en condiciones similares a las de Mayol) dedica un 20% de su esfuerzo a mejorar su técnica de respiración, con lo que ha logrado aumentar su capacidad pulmonar total a un volumen de 11 litros, muy por arriba de la media que fluctúa entre 5 y 5.50 litros. Durante su inmersión estática Mifsud adopta una posición fetal, tal como si estuviese en el vientre materno y a la que denomina como “macchabée” . Luego dedica cuando menos una hora a practicas natatorias y de retención de la respiración bajo el agua, un par de horas a una gimnasia especial y después a descansar, relajadamente, cuando menos 10 horas al día y menciona que él (al igual que lo dice “Pipin”), ha descubierto parte de la técnica que utilizan los peces para respirar bajo el agua. Y asegura que parte del oxígeno necesario para su respiración lo obtiene de la descomposición química del agua.


Complementa este entrenamiento cada fin de semana con salidas al mar, donde practica su deporte favorito que es la cacería submarina, llegando a perseguir sus presas, con la ayuda de sus aletas y con una sola respirada, hasta una profundidad de – 90 metros


Al referirse a los fenómenos fisiopatológicos que ocasiona la retención voluntaria de la respiración abajo del agua, el campeón de Francia explicó que en esos 10 minutos que ha permanecido bajo el agua se vive una multitud de sensaciones que van desde el bienestar, la euforia, la apatía, el abandono y la agonía. La paradoja está – explicó - entre comprender la dulzura de la estadía bajo del agua y la violencia inflingida al cuerpo humano. La Muerte – agregó – necesariamente está presente en cada instante de esta singular competencia, razón por la que, en cada inmersión, rodean al apneíta un verdadero ejercito de auxiliares y médicos que esperan ver al buzo romper este tan singular record deportivo.

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